La harina de linaza es la formar en la que mejor se aprovechan las propiedades de ésta. Normalmente sirve para mejorar la salud digestiva o aliviar el estreñimiento, aunque también puede ayudar a reducir el colesterol total en la sangre y los niveles de la lipoproteína de baja densidad (LDL o colesterol “malo”), lo que tal vez permita reducir el riesgo de enfermedad cardíaca.